La Navidad es una oportunidad dorada para que tanto los comerciantes como las marcas aumenten sus ventas. Sin embargo, el marketing navideño puede integrarse en la estrategia de marketing anual apelando siempre a la emoción. Tras la Navidad llega la temida cuesta de enero, un mes en el que gracias a las rebajas, se siguen aumentando considerablemente las ventas y podemos apostar por los descuentos, promociones, sorteos, regalos, packs, etc.
Siguiendo la misma línea navideña, también en otras épocas del año podemos buscar estrategias donde se vendan sensaciones y sentimientos. Aquí es donde entra en juego el marketing emocional. Lo emocional mueve el dinero, juega con los sentimientos e incita al consumo, como son, por ejemplo, los anuncios de Loterías del Estado. ¿Recuerdas el anuncio en el que se incitaba a comprar un décimo porque si no, cuando a toda tu gente les tocase y a ti no, ellos serían más felices que tú, por no haber comprado el cupón? Esto es el Marketing Emocional.
Marketing emocional, la estrategia ideal también tras las Navidades
Este tipo de marketing que apela a la emoción busca, a través de una estrategia definida, lograr un vínculo afectivo, emocional, con sus clientes o futuros clientes, para que éstos sientan la marca como algo propio y necesiten ser parte de ella, pero de forma honesta.
Asociamos la Navidad con la época del año en la que las emociones están más a flor de piel, sin embargo, las personas sentimos todos los días, por eso podemos apelar a la emoción y crear contenidos emocionales el resto del año.
Por eso el marketing emocional puede ir mucho más allá de la Navidad; el marketing emocional “va de transformar experiencias en compras”, afirma Silvia Sánchez, Estratega de Negocios y Marketing Digital, quien también añade que es “ponerse en la piel del consumidor”. Esta posición muchas veces puede resultar “incómoda”, porque, a veces, produce “dolor, pena o rechazo”.
“En la venta se hacen operaciones de productos y/o servicios que no sólo son para entregar cosas agradables, también los hay para solucionar temas personales como adelgazamiento, depresiones, bulimias, adicciones, miedos o servicios legales y psicológicos, por poner algunos ejemplos”, señala la estratega de negocios.
Pero la gente sigue siendo “propensa a la compra”. Por este motivo, las marcas pueden seguir vendiendo más mediante ofertas atractivas, promociones, descuentos y/o productos puntuales.
En el marketing emocional debe primar la actitud de servicio antes de la venta que, básicamente, sería el inicio de una relación con el cliente. Es una forma de promocionar productos y servicios que ya se usan en cualquier época del año, no sólo en Navidad, y que podemos seguir trabajando como estrategia a largo plazo en nuestro marketing.
Pautas para tener resultados con el Marketing Emocional
Una de las formas más importantes para obtener buenos resultados con esta disciplina dentro del marketing es poder crear un nexo de unión entre la marca y usuario/consumidor/persona. Para Elia Guardiola, la pauta más importante es la experiencia de usuario, afirmando que ésta “debería ser la obsesión de las marcas por encima de las ventas, ya que la experiencia de usuario no termina nunca”.
En el marketing emocional es importante tener en cuenta también:
- Conocer el producto a nivel especialista.
- Conocer muy bien a tu público objetivo.
- Conocer cuáles son los beneficios que ofrece el producto.
- Estar convencido de qué estamos vendiendo y a ser posible haberlo probado.
El objetivo del marketing emocional es lograr empatía con los consumidores para mejorar su experiencia de compra y conseguir que elijan tu marca una y otra vez. Para ello hay que saber utilizar un lenguaje persuasivo en las comunicaciones y ser transparente con el consumidor para generar confianza.
Con todas estas pautas conseguirás crear un vínculo afectivo entre tu marca y tu público, ya que al final lo que pretende el marketing emocional es apelar a las emociones para aumentar las ventas.