E-commerce a prueba de fraudes, ¿cómo lograrlo?

Seguridad ante todo. Esta premisa que llevamos constantemente a cabo en nuestro día a día también es fundamental en nuestra tienda online. Tener un e-commerce a prueba de fraudes es una obligación para todos los webmaster que han de ofrecer un entorno de compra seguro para sus clientes.

Tener instaurados protocolos de seguridad y revisarlos asiduamente es clave para detectar los fraudes, pero también es importante tener presentes los principales motivos que pueden afectar a la seguridad de la página web, porque así sabremos a qué movimientos hay que prestar más atención.

A prueba de fraudes en los datos personales

El cliente deposita su confianza en la tienda online ofreciendo datos personales como la dirección de su casa, su email personal, su teléfono o su tarjeta bancaria. Protegerlos ha de ser el principal objetivo del e-commerce, no solo por la mala reputación que conseguirá un e-commerce inseguro, sino porque podríamos ocasionarle grandes problemas personales a los usuarios.

Entre los fraudes más comunes que atacan al comercio electrónico se encuentran aquellos que persiguen suplantar la identidad de los usuarios o captar sus datos personales, estos fraudes tienen diferentes tipologías y, entre ellos, puede encontrarse el pharming o el phising.

En el pharming o el phising, quienes realizan el fraude intentan conseguir información personal de forma ilícita, enviando por ejemplo, emails con URLS falsas haciéndose pasar por una marca y solicitando un cambio de contraseña al usuario para captar en esa operación sus datos personales.

Un paso para evitar conflictos de suplantación de identidad es solicitar contraseñas  seguras a los usuarios para que nadie pueda remplazarles, utilizando herramientas que les indiquen la seguridad de sus credenciales. Normalmente, las más completas son las que incluyen letras, números y signos.

A prueba de fraudes en los pagos

El momento del pago es uno de los más delicados en lo que la seguridad online de un ecommerce se refiere. La razón es que la pasarela de pago es uno de los puntos más vulnerables por su interés para los ciber atacantes. Proteger los datos bancarios del cliente es imprescindible, y lógicamente obligatorio en el entorno de ventas. Y para asegurar esta protección, se han creado 12 requisitos que dan forma a las normas PCI-DSS para controlar la seguridad.

Estas normas conforman el Estándar de Seguridad de Datos para la Industria de Tarjetas de Pagos y, entre ellas, se encuentran la implementación de medidas sólidas de control de acceso, monitorizar y probar regularmente las redes, tener un programa de gestión de vulnerabilidades o la propia protección de datos.

Además, y aunque ya se usa de forma mayoritaria, es importante recalcar la necesidad de implementar un certificado SSL (Secure Socket Layer) en nuestra tienda online. Ya que este protocolo de seguridad asegura una correcta transferencia de datos entre el cliente y la tienda.

Siempre actualizados

En ocasiones, ante el hecho de tener que realizar actualizaciones en la página web de la tienda online, se puede generar cierto miedo por si algo en ella se ‘rompe’, por ejemplo actualizando un plugin o una plantilla. Pero tener actualizadas todas las aplicaciones que conforman la página web es fundamental para que no existan brechas de seguridad.

Además de tener un ecommerce a prueba de fraudes, es importante dárselo a conocer al consumidor. Para ello, existen sellos de confianza online que avalan el buen hacer de esa página web y generan una sensación muy positiva en el comprador que, en caso de duda entre dos marcas, puede decantarse por aquella que le asegure con estos sellos la seguridad de sus datos personales. Para mantener este sello, las empresas que deciden inscribirse pasan periódicamente evaluaciones que confirman su buen hacer.

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