Cómo hacer una migración web

Nos referimos a una migración cuando una página cambia su dominio web por otro. Independientemente de las razones que hayan motivado el cambio de dominio, esta migración siempre ha de realizarse de manera rigurosa y segura, sin saltarse ningún paso, ya que, por el contrario, podría afectar seriamente al SEO de la página. Descubre las situaciones en las que es necesario llevar a cabo una migración y cuál es la mejor manera de hacerlo para evitar que afecte la visibilidad de la página.

Cuándo hacer una migración web: existen varias situaciones en las que resulta imprescindible o muy útil hacer una migración web. Las más destacadas son las siguientes:

  • Cambio de nombre: cuando una empresa o marca decida cambiar de nombre, deberá adquirir un nuevo dominio que incluya este nombre y hacer la migración.
  • HTTPS: al cambiar de protocolo de seguridad de HTTP a HTTPS, que se ha convertido desde hace meses en un ranking factor muy importante.
  • Unificación de varias webs: para unificar dos dominios y pasar las URLs de uno de los dos a la web del otro.
  • Renovación de web: cuando sea necesario deshacerse de una web antigua y reemplazarla por una nueva conservando el mismo dominio. Para ello, será necesario redirigir los antiguos contenidos hacia el nuevo site.

Problemas derivados de una migración web

Una migración web no tiene por qué ser complicada. No obstante, han de planificarse todos los detalles previamente con el fin de ejecutar una buena estrategia y evitar hacer grandes cambios a posteriori. Los principales problemas derivados de una migración, que incluyen en gran medida redirecciones mal hechas, están relacionados con el SEO y pueden resultar en una pérdida de tráfico que provoque, asimismo, una pérdida de visibilidad y un descenso de leads o ventas. Además, si existe un volumen importante de errores 404, Google puede penalizar la web. De igual modo, si no se ha tenido en cuenta la arquitectura web a la hora de planificar la migración, el resultado puede ser una página con una experiencia de usuario (UX) muy pobre.

Fases de una migración

Para reducir al máximo los posibles errores derivados de una migración, es aconsejable seguir los siguientes pasos:

  1. Planificación de redirecciones: en primer lugar, se han de extraer todas las URLs de la web actual mediante una herramienta tipo Screaming Frog, y contrastarlas con las URLs de la nueva web. Una vez se tengan estos dos listados, se podrá proceder a asignar las redirecciones de la versión actual hacia la nueva y decidir el tipo de redirección: 301 para las permanentes, 302 para las temporales y 410 para aquellas URLs que vayan a dejar de existir. Durante esta etapa, es aconsejable trabajar con un documento excel para la buena organización del proceso.
  2. Generación de las redirecciones: estas se pueden indicar por distintos medios, entre los que se incluye el fichero .htaccess, mediante programación o con la ayuda de plugins para CMS.
  3. Robots.txt y Sitemap.xml: después de aplicar las redirecciones, ambos archivos deberán ser modificados para indicar a Google el cambio de URLs. Por un lado, se deberá crear o modificar el archivo sitemap.xml y subirlo a Google Search Console, y por otro lado, se deberán deshabilitar los directorios y páginas que ya no existan del archivo Robots.txt.
  4. Revisión: una vez acabada la migración, es muy importante revisar que se haya hecho correctamente. Para ello, se deben comprobar el número de páginas indexadas y los posibles errores 404 para corregirlos.

El análisis del tráfico en el contexto de una migración es crucial. Es recomendable comparar el tráfico antiguo con el nuevo para ver si se ha perdido visibilidad. De ser así, deberá llevarse a cabo un análisis más exhaustivo para localizar el origen del problema.

Si tienes pensado cambiar de dominio, planifícalo bien para evitar problemas eventuales derivados de dicha modificación. Sigue los sencillos pasos que te hemos comentado y haz una buena migración para que tu marca no pierda clientes.

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